La autora Lucía Miranda y el creador audiovisual Javier Burgos nos proponen la colaboración «Puta hormona. Puto virus»
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La autora Lucía Miranda y el creador audiovisual Javier Burgos nos proponen la colaboración «Puta hormona. Puto virus»

Nueva cita con nuestra sección #MÁSQUEMILPALABRAS. Esta semana la dramaturga y directora de escena Lucía Miranda nos escribe Puta hormona. Puto virus, una narración en la que reflexiona, con mucho sentido del humor, sobre la vida y la muerte a propósito de un nacimiento en tiempos de pandemia. El creador audiovisual y diseñador de escena Javier Burgos ha sido el responsable de la ilustración de esta historia.

Puedes descargar el texto de Lucía Miranda en PDF con su maquetación original AQUÍ.

 

Puta hormona. Puto virus

Mi madre tenía una pesadilla recurrente: se veía en el Ifema, abierta de patas, y empujando a destajo, sin epidural ni UCIS, ni la mano de mi padre sujetándola. Así que cuando su amigo Antón, le dijo de broma tras escuchar que le habían cambiado de hospital cuatro veces en dos semanas, que tal y como se estaba poniendo la cosa acabaría pariendo en casa como en el siglo XIX, la hormona hizo:

Sonido de sirena

¡ALARMA!,¡ALARMA!,

Se echó a llorar desconsoladamente y llamó a mi abuela Carmen.

Mi abuela Carmen desde ese día le decía a mi madre como un mantra: Se van a dejar la piel por sacaros adelante. Con la que cae, una mujer joven y una bebé, os van a sacar adelante. No me cabe duda.

 Y mi madre después de colgar con ella me decía a mí: No nos vamos a morir, de esta no nos vamos a morir. De tanto repetírmelo y de repetírselo a sí misma nos lo acabamos creyendo. Unos lo llaman fe, otros convicción, otros ideología. Fue mi primera clase de sinonimia. Y volvía a su credo mientras andaba sus treinta minutos diarios por el pasillo: Tenemos que ser rápidas. Que dure lo menos posible. Ponérselo fácil a esa gente que está ya desbordada, montando hospitales de campaña. Yo voy a empujar mucho y tú vas a salir muy rápido y muy bien. Tenemos que estar coordinadas. Ser eficientes. Mantener la calma. Y tu padre se tiene que andar listo, porque los hospitales van a estar como para andarse muy listo.

Porque esto es la guerra, Julia.

Ya lo dijo un señor ayer por la tarde, el Jefe del Estado Mayor.

Hay que mantener la disciplina: yoga online,  mejillones y berberechos a mansalva, pintarme el ojo para el buen ánimo…

Cuando se lo contaba a mi abuela Carmen esta le decía que no dijera esas cosas a la niña. Y entonces mi madre se sacudía la hormona y me decía en el pasillo que llegaría la primavera y llegaría yo, y mi padre haría el bizcocho de la bisabuela Teresa y nos veríamos con los abuelos aunque fuera por Skype.

Porque voy a conseguir ponerles el Skype como sea para que te conozcan cuando llegues, en ese ordenador del Pleistoceno que tienen, que me pone de los nervios no poderme comunicar con ellos como Dios manda. Y entonces se volvía echar a llorar pensando que yo nacería y que ellos no me podrían abrazar, y ni siquiera podrían verme a través de una pantalla. Y puta hormona. Y puto virus. Y vuelta a pensar que todo iría bien, y que un día por la ventana,  cantaríamos con los vecinos de la plaza:

Resistiré

erguida frente a todo…

 Muy épico, lo sé. Pero es que mi madre es de la farándula dice el abuelo Toño, y necesitaba un poco de épica en ese momento o se iba directa al melodrama, la pobre.

 Las contracciones empezaron en el paseo del sábado dos de mayo. Las salas de parto estaban de overbooking. Todos los niños de todas las tripas de la ciudad nos habíamos venido arriba. Fue escuchar al presidente del Gobierno que empezaba el plan de desescalada que nosotros que llevábamos al planeta siete meses de ventaja en el confinamiento, nos lo tomamos al pie de  la letra.

Sonido de sirena

¡ALARMA!,¡ALARMA!,

Sonido de corazón muy rápido

PUM,PUM, …

PUM,PUM,…

PUM,PUM, …

¡Vamos! pensé, avanzando hacia nuestra nueva normalidad.

El hospital estaba vacío, mamá y yo estuvimos solas mucho tiempo porque había que comprobar que ella no tuviera el puto virus Tanta soledad, y tanta mascarilla la hicieron sentirse como Elliot cuando ve a E.T. morir y entonces apareció la puta hormona de nuevo, hasta que le dijeron que estaba limpia, y que no nos separarían, y a la hormona le entró miedo y se escondió, y las médicas se quitaron sus trajes de la NASA y mi padre pudo entrar. Estuvimos así esperando nueve horas, rápido, lo que se dice rápido no estaba siendo. Pero seguí confiando en su credo, y mi madre en el credo de su madre, porque no teníamos otra opción y porque a esas alturas ya no podíamos cambiar de madre ninguna de las dos.

El sonido del corazón se va haciendo cada vez más lento

PUM,PUM, …

PUM,PUM, …

PUM,PUM, …

Esto no estaba en el plan.

PUM,PUM, …

PUM,PUM, …

Papá se ha andado listo y se da cuenta de que algo no va bien.

PUM,PUM, …

Un relámpago, un monzón: se ve volviendo a casa en el coche.

Solo.

PUM,PUM, …

Me canso, las contracciones son tan fuertes y llevo tanto tiempo resistiéndolas que no puedo más.

PUM, …

Esto está durando mucho.

PUM, …

Los Reyes Magos son los padres, el ratocinto Pérez no existe, y no hay cielo al que ir.

PAUSA

 Y entonces, carreras, gente. Mientras el mundo entero mira por una ventana, en el interior de mi madre hay un mundo entero al que mirar.

Una voz dice que quedan siete minutos. No hay tiempo para entrar en quirófano. No hay cesárea a la que nos podamos agarrar.

Sonido de sirena

 ¡ALARMA!,¡ALARMA!,

Voz de la madre 

Veeeenga Julia vaaamos,

vaaamos,

pequeña!

Mientras el mundo gestiona el duelo de la muerte, nosotras nos jugamos en secreto el duelo de la vida.

Sonido de sirena

¡ALARMA!,¡ALARMA!,

 No se lo pueden permitir. Perderme. Soy la adolescente que les preguntará en el futuro para qué sirvió la pandemia, la adulta que reescribirá su historia, el número que le da la vuelta a la estadística, el recuerdo de esos días que valdrá la pena, el cuerpo al que sí pueden abrazar. Han venido aquí a lucharme. No me pueden dejar escapar.

 PAUSA

 Y salí. Como abducida por una ventosa, como si una fuerza superior me empujase a la luz. En uno, dos, tres. Muy rápido. Muy bien.

Y me aplaudieron.

 Aplaude, hace sonido de vítores, se anima así misma diciendo:

¡Julia!¡Julia!¡Julia!

Todos esos médicos y sanitarios a los que han aplaudido tanto. Aplaudieron. Las había de todos los tipos: cardióloga, matrona,enfermeras, ginecóloga, pediatra, anestesista, ¡me aplaudían a mí ! A la resistencia, al pulso de un corazón que se abría paso en un hospital que había estado durante dos meses cerrado a la vida,

PUM,PUM, …

porque por fin salía de mi confinamiento

 PUM,PUM, …

PUM,PUM, …

PUM,PUM, …

 Y de la emoción de estar fuera, del miedo de estar fuera, me eché a llorar.

 Llora como una loca

 AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

 Y paré, en un triple salto mortal controlando a mi público, sonreí de medio lado sabiéndome estrella de cine; mi padre me fotografió tantas veces en las horas siguientes que estoy ya buscando un agente.  Y al llegar a casa mis padres me sacaron por la ventana de la plaza, y todos los vecinos aplaudieron.

 Aplausos, vítores, gritos

¡Bienveniiiida Julia!

……                     ¡Bien

…..                                       ve

……                                              niii

…                                da……………..

…………………………………………..

Pausa.

Me sentí como Simba en el Rey León: (canta) nants ingonyama bagithi baba…

Puto Disney.

Ríe.

 

 

También puedes escuchar Puta hormona. Puto virus leído por la actriz Macarena Sanz, con la colaboración de Carmen Miranda y Lucía Miranda.

 

Puta hormona. Puto virus por Javier Burgos

 

 

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Javier Burgos

Creador audiovisual y diseñador de escena. Es el responsable de la imagen y las escenografías de los proyectos del Cross Border Project. Trabaja, entre otros, para agencias y productoras, como Things Happen o New Folder y grandes marcas, como Oysho, Vogue o Fundación Telefónica. Ha sido creativo en el departamento de Creatividad y Diseño de Publiespaña durante seis años.

Lucía Miranda

Directora de escena, dramaturga y arte-educadora. Es fundadora de Cross Border Project. Premio El Ojo Crítico de RNE de Teatro 2018 y José Luis Alonso para jóvenes directores de la ADE en 2013, entre otros. Sus producciones se han estrenado en el Thalia Theatre de Nueva York, Teatro Sánchez Aguilar de Ecuador, FIBA de Argentina, Microtheater Miami o el CDN. Es miembro del Director´s Lab del Lincoln Center.