Paco Azorín nos relata en un podcast lo que ve desde su ventana
Paco Azorín es director de escena y escenógrafo formado en el Institut del Teatre de Barcelona.
Ha trabajado en más de 200 producciones de teatro, danza y ópera.
Fundó y dirigió el Festival Shakespeare de Barcelona, creado en 2003.
Colaborador habitual de Lluís Pasqual, Carme Portaceli y Ernesto Caballero, ha dirigido teatro y ópera en el CDN, Festival de Mérida, Teatro de la Zarzuela, Liceu y Teatro Real, entre otros.
Desde mi ventana
Los que me conocen bien saben de mi pasión por las horas raras
muy particularmente por las 16:16 y las 22:22
decido pues empezar este escrito a las 16:16
después de toda una vida en Barcelona cojo mi puerta y mi ventana
las cargo a la espalda como hacían los antiguos escandinavos
según cuenta la leyenda ellos las lanzaban hacia el mar
y donde caían en la arena construían su nuevo hogar
así fundaron Reikiavik en el año 874
ahora yo lanzo mi puerta y mi ventana
azarosamente caen en Sevilla
la ciudad romana fundada sobre palos
¿qué hora es?
las 22:22
todo cuadra, pienso
mis ventanas dan a un patio cuadrado
veo arcos, veo columnas y helechos
en el centro veo también una pequeña fuente con un surtidor
la casa sevillana se protege del mundo cerrándose sobre sí misma
ya lo hizo su antecesora, la casa romana, ajena a la vida exterior
aquí el tiempo se detiene, se confina también
este convento en torno a un claustro me incita a la introspección
dudo incluso de si existe la realidad exterior
todo me recuerda la complejidad del tiempo
observo la casa, sus paredes y sus techos
y a las 17:17 comienza un “jamais vu”
lo contrario del famoso “Déjà vu”
percibo detalles que nunca antes llamaron mi atención
tanto es así que a las 18:18 necesito preguntarle a ella, a la casa
¿siempre han estado ahí esas columnas?
ella sonríe sorprendida y asiente en silencio
el mayor misterio del universo es la otra realidad, la otredad
aunque estén aquí mismo esas otras realidades
mi auténtica ventana no es ésta, mi auténtica ventana es el escenario
intento mirar a través de él en un perpetuo “jamais vu”
necesito, para ver por él, la mirada intacta de un recién nacido
a las 19:19 vuelvo a mi casa y le pregunto de nuevo
¿tú crees que va a cambiar algo tras lo nuestro?
¿tras esta relación obligada de cincuenta días juntos?
ella que ha visto pasar por delante de su puerta la peste
que ha resistido en pie varios terremotos
se ríe a carcajadas y guarda un elegante silencio
son las 22:22 y debo detenerme aquí
no puedo ni imaginar qué hay más allá de este confín horario
la casa sigue descojonándose de mí
con la displicencia de quien ha vivido mucho
el tiempo es complejo, simétrico.
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